A partir del momento en que la oferta ha ido superando la demanda, el Marketing, fue asumiendo un papel cada vez más importante en la vida de las organizaciones.
Hoy, en un contexto donde el cambio y la alta competitividad es la constante nos encontramos con un Marketing que ha superado ampliamente las áreas de incumbencia que se le han asignado en tiempos pasados.
Esto lo he comprobado en mi vida profesional siendo testigo de cómo el Marketing no ha dejado de crecer en su importancia y responsabilidad en áreas diversas.
Así, son usuales las discusiones con profesionales (especializados en administración, contaduría, ingeniería, etc.) que antes dominaban áreas sensibles de las organizaciones y que hoy se ven regidos por principios llevados de la mano por los hombres de marketing. Al final, siempre estos concluyen con una pregunta en un tono más o menos duro…diciendo algo así como: ¿Hasta dónde llega el marketing; acaso, es todo marketing?
Lamentablemente para estos especialistas, al margen de mi opinión ya que la realidad mundial así lo señala; todo lo que directa o indirectamente se vincule con el cliente actual y/o futuro y con ello, con la rentabilidad y supervivencia de la firma, tiene que ver con el marketing.
La publicidad, los catálogos, el merchandising, las promociones, la venta, la dirección de ventas, etc., cuestiones históricamente relacionadas con el marketing son parte del marketing pero ninguna de estas actividades son “el marketing en sí mismo”.
El marketing es mucho más que estas acciones; de hecho, se ha superado a sí mismo y ha dejado de ser sólo un proceso de estudio del comportamiento de los consumidores para diseñar productos y servicios que satisfagan sus necesidades y a la vez produzcan los mayores beneficios para la empresa.
En definitiva, un buen marketing hace fácil la compra por parte del cliente y para lograr esto, se requiere la adopción de una filosofía (ciencia de la totalidad de las cosas por sus causas últimas, adquirida por la luz de la razón) de negocios que ubique al cliente en el centro mismo de la actividad toda de la organización.
Esto implica que, en todo momento y oportunidad, se piense y/o se obre, desde el punto de vista del cliente y no desde el producto/servicio. El cliente es el principio y fin de todo lo realizado y por realizar en la empresa
Entonces, esto nos coloca ante una situación donde “absolutamente todas” las áreas (operativas y de servicios) de la empresa deben estar orientados a la satisfacción plena o mayor, de las necesidades de éstos
Y de ello deviene lo que Philip Kottler dijo cuando enunció que «los únicos departamentos que producen ingresos en una empresa son Marketing e I&D (investigación y desarrollo), el resto sólo gastos»
El Marketing se basa en la detección de las necesidades y deseos (racionales, emocionales y sociales) de los clientes y busca la satisfacción de estos incrementando la calidad y valor de la oferta adicionando nuevos atributos al producto lo que lo lleva a tener gravitante ingerencia en el desarrollo de una organizacional integral.
Claro esta que lograr esto resulta imposible sin una Estrategia clara y un buen trabajo en el Mix de Marketing, recién allí, podrá intentarse lograr el éxito en el mercado (o al menos, sobrevivir).
Entonces, observamos que cuando nos disponemos a llevar a cabo una verdadera “estrategia de marketing” fácilmente se detectan falencias en el producto/servicio y/o sistema operativo y esto obliga a implementar procesos de mejora de la misma a fin de agregarle valor a la oferta.
Definido al marketing como sinónimo de “satisfacción máxima del cliente”, estaremos hablando de “calidad a su mayor expresión” tanto en el producto/servicio como el la prestación operativa que exija este y este elevado objetivo lo lleva a cabo el personal de la firma; lo que se define como “el cliente interno”.
Esto generó en las empresas una política de retención, creación y desarrollo del talento que es el inició de un proceso de mejora continua y de generación de una mayor competitividad en la organización.
Resulta fácil de entender pero muy complejo a la hora de tomar la decisión e implementar políticas tendientes a que los trabajadores se sientan parte y orgullosos de la empresa en la cual llevan a cabo su labor.
Debe tenerse en cuenta que el valor de “Marca Interna” o un alto nivel en el grado de pertenencia se logra cuando la empresa, le adiciona a su personal valor como personas y esto no se refiere a la aplicación de medidas aisladas y emanadas desde la improvisación.
Según las mediciones, Google es la empresa preferida para trabajar en el mundo. ¿Cree que es por casualidad? Sólo investigue un poco en Internet, verá notas y videos que lo harán pensar. Seguramente, le vendrán pensamientos como mi actividad no tiene nada que ver con ellos, mi personal no valora lo que se les brinda, eso se puede hacer cuando se tienen recursos, etc..
Luego, trate de abstraerse y piense si el posicionamiento que tiene Google, en gran parte no es por la calidad de su gente y piense si se puede sacar algo bueno de una tierra que no es fertilizada y regada adecuadamente. Ellos lo saben y atienden a su cliente interno…para ganar el mercado y a cada uno de sus clientes externos.
Esto nos hace ver la dimensión que alcanza las políticas de marketing ya que fácilmente se visualiza como todo el personal vinculado al proceso generador de satisfacción del cliente es también parte de su preocupación y ocupación.
Como podrá observar, empecé hablando de de un marketing vinculado históricamente a lo estrictamente comercial y terminé haciendo hincapié en cuestiones vinculadas a los recursos humanos.
Sucede que esto es el Marketing, una disciplina altamente dinámica y amplia que superó los límites conceptuales de su pasado para intervenir en todo aquello que se vincule con el objetivo máximo de la empresa.
El marketing actual exige una velocidad de adaptación y conocimiento del mercado interno y externo nunca antes visto. El marketing obliga a que la empresa tenga un “proyecto” y en base a él genera un “plan” de trabajo que conduzca a la organización a sus máximos logros.
Décadas atrás el marketing era un concepto encerrado en las paredes de un departamento con un claro direccionamiento en la venta, promoción y publicidad. Hoy el marketing es una disciplina generalista y con un definido perfil estratégico.
Y como toda estrategia, para ser exitosa, debe ser compartida por todos los que la llevan a cabo y eso nos lleva a que el marketing se ha convertido en un “estilo de vida”, en una “filosofía” empresaria que le brinda a la empresa una ventaja competitiva inigualable dado que se tiene dicha concepción o simplemente no se tiene y allí reside la diferencia.
El marketing es una forma de vivir la empresa en la que intervienen todas las áreas de la empresa.
Por último y a fin de reforzar lo trascendencia de los axiomas de marketing y sus elementos teóricos, es fácil ver que los mismos son tan claros y comprensivos que son aplicables a cualquier a cualquier organización, independientemente si tiene o no fin de lucro, sólo pueden observarse cambios en las formas de aplicación pero los principios se mantienen inalterables.