En todas las economías del mundo, las PYME son de gran importancia.
- 95% de las empresas en todo el mundo (Corporación Financiera Internacional – Bco. Mundial)
- 97% de las de EE.UU. y Canadá y emplean un 57% de la fuerza laboral (Ibrahim y Goodwin).
- 98% en Alemania, con 500 trabajadores o menos y producen casi un 33% de la producción industrial y en Italia, Suecia, Japón, Indonesia y en Malasia…contribuyen en promedio con un 90% del total de empleos (Dart y Sarkar).
- 60 a 80 % del total de establecimientos en los países industrializados (Cota)
Pero la incongruencia se presenta cuando en promedio, el 80% de las Pymes fracasa antes de los 5 años y el 90%…no llega a los 10 años.
En España, “el 80%…quiebran en los primeros 5 años” (Univ. de Cádiz) y “en los países subdesarrollados entre un 50 y un 75% dejan de existir durante los primeros 3 años” (CEPAL).
Para Francisco Yañez (México) al cumplir 10 años, “solamente el 10% de las empresas maduran, tienen éxito y crecen”. Para degerencia.com: “…el 50% de las empresas quiebran durante el 1er. Año…, y no menos del 90% antes de 5 años”.
En los EE.UU., “el promedio de vida…es de 6 años y más de un 30% no llega al 3er. año” (Samuelson y Nordhaus). La Asociación Argentina para el desarrollo de la Pequeña y Mediana Empresa afirma que: “Sólo el 7% de los emprendimientos llega al 2º año…y sólo el 3%…llega al 5º año…”.
Causas
Es usual escuchar a los dueños y responsables de las mismas esbozar razones que se ubican fuera de su responsabilidad. Así; desde la política internacional, el gobierno, las políticas financieras y la falta de crédito, los bancos y la alta tasa de interés, los monopolios, los commodities (la soja, el petróleo, etc.), la competencia ilegal, los altos costos laborales y fiscales, e incluso hasta el tiempo puede ser la justificación adecuada por el fracaso.
En los artículos “Por qué mueren las PyMEs Parte I señalo 39 causas típicas y fácilmente podría señalar 10 o 20 más.
No obstante, ¿son éstas las causas o son la manifestación de las verdaderas y primeras causas?
Resulta extraño y poco aceptable que sea la suerte de contar con los factores adecuados la variable que por defecto permite el que algunos lleguen y otros no.
Si se analiza detenidamente el problema podrá concluirse que las mismas son consecuencia de aspectos que se vinculan más con las personas que con los recursos o la conducción.
En todo momento el hombre está decidiendo, en forma consciente o no, pero nunca deja de decidir. El levantarse de la cama o no, café o té en el desayuno, hacer esto o aquello…etc., el decidir y el vivir son casi sinónimos.
Tal es así, que –en términos de gestión empresaria- podría decirse que la tarea principal de cualquier ejecutivo es, simple y sencillamente, decidir.
Pero a la hora de hacerlo todos los seres humanos enfrentan a su peor enemigo; …a sí mismos.
La carga genética; los mandatos familiares y sociales recibidos; las experiencias en la niñez, los traumas y vivencias experimentados; etc.; conforman entre otros, la personalidad; la singular interpretación de la realidad así como la posibilidad de respuesta.
Estos factores, que los he tratado sucintamente en los artículos “La toma de decisión y los prejuicios” ; “La toma de decisiones y los bloqueos psicológicos”; y “Cuando nuestros esquemas mentales nos limitan”, se corresponden a cuestiones de orden psicológico y con ello resulta evidente que la relación PyME-causales de fracaso/muerte, no se debe a las usuales razones expuestas por la mayoría de los autores y que fundamentalmente se vinculan a la mala gestión.
Esto obliga a pensar que sin que se modifiquen las pautas de pensamiento del empresario, la posibilidad operativas y competitivas de una PyME son escasas e igual será la posibilidad de su sobrevida en el tiempo.
Hasta un determinado nivel de actividad y problemática, el esfuerzo y los dotes naturales de los titulares o responsables son suficientes y de allí el nivel de desarrollo que muchas evidencian.
A partir de la frontera imaginaria que implica la necesidad de aplicar conocimientos y técnicas profesionales para así dar paso a una segunda etapa en el desarrollo se hace evidente que dicha barrera no es técnica, ni está vinculada a los recursos ni al mayor o menor contexto competitivo, de orden político o administrativo. La barrera está conformada por la estructura de pensamiento del emprendedor y su gerencia.
El problema es que esto es difícil de resolver dado que los cambios culturales y psicológicos son de hecho muy complejos de materializar.
Los primeros requieren cambios a fin de modificar la pauta cultural de aquellos que deseen convertirse en empresarios tal como, analógicamente, así se hace en las escuelitas de futbol donde desde muy chico se prepara al individuo para el éxito profesional más allá de la formación y las experiencias personales.
Los segundos instalan la necesidad de la búsqueda y superación de limitaciones de la propia persona lo que conlleva la visualización de la problemática, el pedido de ayuda a los profesionales adecuados y la constancia en la tarea.
Estos postulados no suelen ser característicos del empresariado PyME ya que la actividad emprendedora se postula por encima del aprendizaje y el mejoramiento interno o psicológico se presenta como una necesidad personal más que empresaria.
Así como la desnutrición (y mala alimentación) es el real origen de infinitas causas de muerte en las personas, en el mundo PyME la causa final pueden ser cualquiera de las señaladas por los distintos autores pero la causa origen, indudablemente, es la falta de capacidad en el terreno aludido.
Si el desarrollo mental es la clave entre el poder crecer o no, entonces se deviene atender al mismo en relación directa al deseo que se tenga en cuanto al desarrollo del emprendimiento.
Si resulta aceptable (para muchos empresarios inclusive) que un jugador de futbol –independientemente de su destreza y sin enfermedad mental alguna- tenga apoyo psicológico para poder enfrentar la presión que significa salir al campo de juego con 50.000 personas victoriándolo o maldiciéndolo en cada movimiento de sus pies; de igual manera, el empresario debe tener el apoyo adecuado a fin de poder conocer, trabajar y superar sus propias limitaciones que resultan los verdaderos efectores negativos en la proyección futura de la actividad encarada.
Cada etapa del crecimiento de un hijo les exige a sus padres –sin ninguna contemplación de sus capacidades- que cambien su perfil de respuesta en función de las necesidades de la criatura.
Desatender dicho requerimiento potencia la posibilidad de un mal desarrollo y problemas ulterior de diferente índole e importancia que impactarán irreductiblemente en su capacidad física, psíquica y social a fin de su desarrollo en la vida.
Analógicamente, la empresa demanda igual de sus gestores o responsables. Las PyME tienen etapas en su desarrollo y enfrentan dificultades día a día que deben necesariamente ser resueltas.
El titular, puede afrontar dicha tarea o delegar esta a terceros, no obstante, en cualquier caso se impone la apertura mental, la disposición y la liberación de todo factor que pueda distorsionar o contaminar la labor a realizar tanto sea en forma directa o indirecta.
Decir no a esto en función de bloqueos, ignorancia, suposiciones, mapas mentales, etc. es decirle no a la posibilidad de vida futura al proyecto.
Este es un problema de todo ser humano y no implica el tener una patología sino el resolver cuestiones propias de las personas.
Sin liberar de trabas a la psique no hay posibilidad alguna de ampliar los horizontes de la empresa vía la aplicación del management moderno.
Es claro el desafío y solo aquellos que logren traspasarlo podrán ver el éxito personal y el de sus proyectos.